Recuperar el euskera: esencial para la identidad vasca
Euskadi es una comunidad autónoma española, pero su identidad va mucho más allá. El País Vasco, como sujeto político, existe desde hace siglos, y la evolución del euskera, una lengua aislada en el marco de lenguas europeas, así lo demuestra.
Por muchos años, especialmente durante el franquismo, el euskera quedó relegado a un rol doméstico, y meramente familiar, sin reconocerse la importancia de su habla para el desarrollo de la identidad vasca.
Recuperar los orígenes
El euskera es hoy, la única lengua hablada en Europa sin origen indoeuropeo. Se estima que alrededor del año 1 d.C., su extensión podía abarcar buena parte del actual sur de Francia e incluso, llegaría hasta el Ebro.
Desde entonces, se está labrando la identidad vasca, a través de su lengua aglutinante, que pasados casi 2000 años, se mantiene hablándose y ha adoptado todo tipo de palabras provenientes de otras lenguas.
Una de las principales maneras en las que se puede apreciar la identidad vasca es, justamente, en el origen de su lengua. Literalmente, no hay otro pueblo en Europa que mantenga una lengua hablada y escrita que date de tal antigüedad, y es por eso que se trata de una de las principales muestras sobre qué constituye el ser vasco.
Tarea de la democracia
Desde su máxima expansión a comienzos de la Edad Media, el euskera no ha hecho más que descender, tanto territorialmente como en número de hablantes.
Eso tuvo particular fuerza durante el siglo XX, en la que las dictaduras de Primo de Rivera y Francisco Franco en España censuraron cualquier lengua regional, para imponer al español como lengua única de todo el territorio. Del lado francés, la ignorancia hacia el euskera data desde la Revolución Francesa, e incluso antes.
La identidad vasca hoy en día se puede expresar a través de su pueblo, que vive en democracia y que puede hablar en euskera. Es precisamente la democracia el espacio ideal para reivindicar este idioma como lengua de todos los vascos, y eso no solo es para el País Vasco, sino para Navarra y el País Vasco francés.
En consecuencia, los gobiernos democráticos deben responder a estas demandas.
Compromiso mancomunado
El bagaje cultural que el euskera provee no es más que un compromiso para toda la sociedad vasca. Conocer el euskera puede interpretarse como un compromiso con las raíces y como una voluntad de mantener la idiosincrasia propia del pueblo vasco. Pero esto va más allá, pues es un trabajo que puede hacerse en cada familia y grupo de amigos.
Si el euskera ha logrado perdurar por casi dos milenios, este no será momento para desfallecer. La identidad vasca está consolidada, pero queda mucho trabajo por hacer para que vuelva a recuperar el espacio que otrora mantuvo.